Las esculturas de Ugo Riva se inspiran en el arte clásico y el clasicismo romántico. Rechaza el futurismo -la aportación italiana al modernismo- y crea figuras solemnes y meditativas. Estas obras evocan dioses etruscos y romanos, reflejando una profunda conexión con la historia y la cultura.

Ugo Riva trabaja con diversos materiales, pero el bronce sigue siendo su principal elección. En los últimos años también ha experimentado con el aluminio y la cerámica. Sus obras más apreciadas y significativas son las imágenes femeninas y los ángeles. Las mujeres de Ugo Riva, vestidas o desnudas, con drapeados clásicos o anatómicamente perfectas en su desnudez, se convierten en los verdaderos objetos de su admiración. Pero no se trata de adoración, sino de un profundo respeto por la esencia femenina en todas sus manifestaciones.

Cada escultura de Ugo Riva está llena de material, desde la arcilla hasta la forma final de bronce. Su enfoque único consiste en dejar visibles las huellas de su trabajo: las herramientas con las que ha trabajado, sus propios dedos y paletas. El toque final es la adición de pigmentos al fresco a la pátina, lo que hace que cada obra sea única.